lundi 21 avril 2014

PINTORES : Vincent Van Gogh

              ¿Por qué Van Gogh?

            Dos eventos mayores han marcado la rutina de las últimas semanas. Mayores y distantes, tomando en cuenta que me encuentro en Francia : la crisis política de Venezuela que se ha expresado a través de las protestas que se suceden desde el 12 de febrero y la muerte de Gabriel García Márquez el jueves 17 de abril. A raíz de esos eventos, las preguntas se suceden y una angustia melancólica se ha instalado.

            En este contexto, la figura de Van Gogh puede convenir para un  comentario sobre los temas relacionados con el arte. La razón es que en su pintura encontramos una acción dramática como la crisis venezolana y el universo macondiano inventado por el Gabo.
            
              El pintor holandés fue una persona extraña; algunos de sus amigos como Gauguin, Toulouse-Lautrec, Signac vieron más su brutal naturaleza campesina que la modernidad destructiva que habitaba en él. Sólo su hermano Théo fue capaz de reconocer el genio de Vincent.

               Su historia...

          El pintor holandés fue un hombre lleno de frustración. Comenzó a dibujar porque no podía expresarse a través de la palabra, él quería ser predicador como antes lo había sido su padre. Van Gogh vivió un verdadero infierno y sus deseos insatisfechos se fueron transformando en ese miedo de vivir que en nuestros días se traduce en el silencio del hombre moderno frente a sus propias frustraciones.

              Sus pinturas... 

              Van Gogh fue construyendo vivencialmente su lenguaje pictórico, comenzó pintando cuadros oscuros donde predominaban los colores ocres. Es el caso de "Les mangeurs de pommes deterre" ejecutado en 1885, que se encuentra en el museo Van Gogh en Amsterdam. Al mirar este cuadro uno tiene la impresión de estar leyendo a Zola y se evocan los campesino de Millet. Van Gog pintó rostros rudos cuya belleza radica en la sensibilidad social con la cual fue captada la simplicidad de los modelos.

           
"Les mangeurs de pommes de terre", 1885. Museo Van Gogh en Amsterdam 
            
Pero el hijo del pastor siguió su evolución y terminó pintando obras con arabescos, líneas sinuosas, colores explosivos y luminosos; las mismas que ahora están valoradas en millones de dolares y que todos los grandes museos quisieran poseer. Todo este trabajo, sin embargo,  tuvo como trágica contra partida la autodestrucción del artista y el final que todos conocemos : el suicidio.  
                
                La pintura de este atormentado existencial oscila entre el orden y la anarquía; en este sentido está más cercana de la esencia de la pintura alemana que de la francesa. Su necesidad de expresión lleva a Van Gogh a romper con las formas tradicionales de la pintura o a utilizarlas según su conveniencia. Con él, el arte deja de ser una representación de la realidad para convertirse en símbolo de un mundo exterior amenazado y de una vida interior en conflicto con ese mundo. 

                A diferencia de los impresionistas, Vincent cuestiona con su vida y su obra la cultura dentro de la cual se ha formado. Él no busca tanto la expresión de la belleza sino de la verdad que puede encontrarse tanto en los rostros de la gente sencilla como en simples objetos.

                 Su legado... 

                 La iconografía de Van Gogh se caracteriza por el dinamismo. El movimiento se ampara de todas las cosas, la pintura se convierte en una acción dramática que puede ser vivida por el espectador que contempla el cuadro donde se representan las diferentes fases del acto pictórico :
- la aplicación del color que sale directamente del tubo
- la factura lograda gracias a la espátula
- la ausencia de retoques

               Van Gogh quiere que el espectador descubra todos los secretos del acto pictórico. Su objetivo no es el virtuosismo sino la expresión subjetiva. Su individualismo le dicta lo que debe pintar,  cómo hacerlo, qué tipo de pincelada utilizar. Él dibujaba utilizando no sólo el negro de los contornos sino también los colores.

"La Nuit étoilée", 1889. Museo de Arte Moderno en New York

 
                         La Nuit étoilée...

                        Desde que Van Gogh llegó a Arlés en 1888, la representación de los efectos de la noche se convierte en un tema recurrente para el artista. Él mismo confiesa, en una carta a su hermana, que con frecuencia la noche está más coloreada que el día.  

                        Este cuadro fue pintado en 1889 cuando Van Gogh ya ha sido internado.  El motivo son las estrellas representadas como focos luminosos en medio de un torbellino de líneas sinuosas y espirales. El ciprés del primer plano parece una llamarada, el cielo anuncia a los de Munch. Sólo las casas y la iglesia con su campanario, cuyos contornos están delineados por trazos negros, tienen una existencia concreta. El cuadro provoca la sensación de agitación cósmica, de toda la naturaleza en ebullición a nuestro alrededor. 

                       En la realización de este comentario se consultó la obra L'ART au XXème siècle, vol 1 de TASCHEN. (páginas 17 a la 19)