Mañana, 19 de octubre, cumplo 50 años y, en lugar, de ir a trabajar como cualquier otro martes, me uniré a la huelga general e iré a manifestar contra le Reforma de pensiones impuesta por su Alteza Real Nicolás I. Ese proyecto de reforma es injusto y además está siendo impuesto autoritariamente por un gobierno que poco a poco está destruyendo el modelo social francés. La Reforma de pensiones es la gota de agua que desbordó el vaso.
¿Por qué manifiesto mañana?
Responder a esta pregunta me parece necesario porque ni las huelgas ni las manifestaciones formaban parte de mi cultura venezolana. Debo aclarar que la llegada al poder del Comandante ha cambiado el funcionamiento de la sociedad de mi país.
Responder no me resulta sencillo porque indudablemente los modelos sociales de Venezuela y Francia se entremezclan en mis reflexiones y hay mucha bruma en mis ideas. Sin embargo, trataré de explicarme.
Cuando partí de Venezuela, en 1999, tengo la impresión de que había dos modelos sociales determinados por diversos factores : ingresos, profesiones, estudios... de los venezolanos.
En consecuencia, la "Educación" y la "Salud" estaban garantizadas para las personas con los recursos financieros necesarios que les permitirían : inscribir a sus hijos en buenos Colegios privados y pagar un costoso Seguro de hospitalización que sería utilizado según las necesidades.
Sin embargo, la Educación pública y el sistema de Salud propuestos por el Estado, representaban las únicas opciones para todos los que carecían de "recursos". Ni hablemos del que no trabajaba o había perdido su empleo; sencillamente recurría a la familia para sobrevivir, se dedicaba a la economía informal o a otro tipo de actividades muy lucrativas aunque no necesariamente conformes a la ley.
Resumiendo, Venezuela podía ser o no, un maravilloso país !
Una parte de la clase media venezolana, representada por profesionales que habían tenido la oportunidad de viajar, gente que había realizado estudios o formaba parte de las comunidades española, italiana o portuguesa ... sabían que en algunos países de Europa la calidad de la educación pública era excelente, que los hospitales no tenían nada que ver con los venezolanos y que hasta la gente que no trabajaba tenía ayudas, sin hablar del sistema de pensiones, con el cual soñábamos una y otra vez !
Así llegué a Francia y poco a poco me fui dando cuenta de que la realidad sobrepasaba todo lo que yo había imaginado. Por ejemplo, mi hija, que en Venezuela había realizado toda su escolaridad en un colegio privado descubrió las ventajas de l'Éducation Nationale : excelentes maestros y profesores, ayudas, viajes escolares a España, Inglaterra, Italia...
Yo descubrí que las consultas y medicamentos eran reembolsados y todos los franceses que conocía, ya fueran de la familia o amigos, hablaban una y otra vez de sus proyectos cuando estarían jubilados. Ni hablemos de las manifestaciones culturales accesibles a todos los públicos.
Tengo 11 años en Francia y poco a poco el país que descubrí ha ido cambiando. Muchos de los logros que hacían de él "un modelo diferente" están desapareciendo. Acaso dentro de 10 años, l'Éducation Nationale no podrá ofrecer a los niños la misma calidad educativa que tuvo mi hija y, tal vez, ella tendrá que pagar como yo lo hice en Venezuela para que sus hijos reciban una buena educación.
Yo viví 38 años en un país con dos modelos sociales y grandes inegalidades. Mañana cumplo 50 años y no quisiera terminar mi vida en un gran país que poco a poco está dejando que se instalen las mismas inegalidades que acompañarán inevitablemente la aparición de los dos modelos sociales.
Tal vez por eso manifestaré mañana, a pesar de que huelgas y manifestaciones nunca han formado parte de mi cultura venezolana.
