En estos momentos, la situación en Francia es muy tensa. El combustible comienza a escasear aunque el gobierno dice que todo está entrando en el orden. Hay enfrentamientos entre estudiantes y policías, así como intervenciones de las fuerzas del orden para que terminen los bloqueos de las refinerías y depósitos de combustible.
¡ La reforma de pensiones es, sencillamente, la gota que desbordó el vaso !
El gobierno de Nicolás Sarkozy está destruyendo todo lo que constituía el orgullo de la France en cuanto a educación, salud y seguridad social. La gente está harta y el conflicto se está radicalizando. Los sindicatos piden que el gobierno retire el proyecto de pensiones que ha sido redactado unilateralmente y cuyo artífice es el Ministro del trabajo, Éric Woerth, involucrado en un escándalo de corrupción (Buscar en Google Affaire Bettencourt) que implica muchos millones de euros.
Este proyecto del gobierno es rechazado por la mayoría de los franceses como ha quedado demostrado con las grandes manifestaciones del 12 y 19 de octubre (3,5 millones de personas en las calles). Si se ha recurrido a los bloqueos es sencillamente porque el gobierno se ha vuelto autista y no quiere ver un rechazo evidente.
Muchos periódicos extranjeros muestran su sorpresa porque "los franceses no quieren trabajar hasta los 62 años" cuando en otros países europeos la edad de jubilación es mayor. Éste es un ejemplo de manipulación de la información. Los franceses están conscientes de que una reforma es necesaria pero rechazan la que propone el gobierno porque es INJUSTA y porque no ha habido discusión con los sindicatos y oposición.
La reputación de los franceses es que manifiestan por cualquier cosa y que se resisten a los cambios. En estos momentos, es mucho lo que se está jugando y la realidad es que están luchando porque su calidad de vida no se siga degradando.
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