dimanche 28 février 2016

A 27 años del CARACAZO...



(Este texto lo redacté con motivo de los 25 años del acontecimiento que para muchos marca el inicio de la era chavista. Lo comparto de nuevo con algunas modificaciones porque lo considero pertinente. Es mi manera de rendir homenaje a las personas fallecidas a causa de esos sucesos).

Hay acontecimientos grabados en la memoria y el Caracazo es uno de ellos. Lo vivido en la semana del 27 de febrero al 05 de marzo de 1989, cambió la percepción que tenía de mi país. Ese año, vivíamos en un apartamento en Residencias Parque La Floresta, San Martín, a dos cuadras de Artigas, donde todavía vive mi mamá. Estaba casada con Javier y Eloísa sólo tenía 2 años. Ambos trabajábamos como profesores : Javier, en el Champagnat, la Metropolitana y la UCAB ; yo, en el Colegio Teresiano.

En esa época, mi vida transcurría entre mi trabajo y mi familia. Salíamos poco porque Elo estaba pequeña y el trabajo como profesores nos quitaba mucho tiempo para preparar y corregir. Estaba convencida de que en Vzla, la educación y el trabajo te permitían tener lo que necesitabas para « ser feliz ».

Había comenzado a interesarme en la política a raíz de la elección de CAP para su segundo mandato y la indignación que me había provocado su « coronación » en el Teresa Carreño, al mismo tiempo que pedía que nos « apretáramos el cinturón » para resolver la crisis económica que atravesaba el país.

Ya sentía que los políticos nos habían robado una parte del porvenir llevándonos al « Viernes negro » y la consiguiente devaluación de la moneda. Nuestros ingresos, a pesar de que ambos éramos profesionales, no nos permitían ser propietarios y por eso vivíamos en un apartamento alquilado, en San Martín, cerca de mamá que cuidaba a Elo cuando trabajábamos. Intentamos la aventura de vivir en Caucagua, donde habíamos construido una casa, y seguir trabajando en Caracas, pero no funcionó. Nos asustábamos cada vez que Elo se enfermaba y había que salir corriendo para la capital.

Y llegó el CARACAZO....

El lunes 27 fuimos a trabajar normalmente y, en la tarde, cuando fui a recoger a Eloísa, mi madre comentó que había bochinche en Guarenas. ¡Al principio no le dimos mayor importancia ! Pero al ver las imágenes en la televisión era evidente que algo grave estaba sucediendo.

El martes 28 no se me ocurrió llamar al colegio para saber si había actividades o no. Creo que Javier agarró el carro porque tenía clases en la Metropolitana y, como no había autobuses, me fui caminando hasta el colegio. En el trayecto, se veía que algo había pasado durante la noche pues por todas partes, en El Paraíso, se veían destrozos y basura. Al llegar al colegio me enteré de que no había clases y regresé directo a Artigas, donde estaba Eloísa. De Javier no sabía nada.

Mi madre estaba inquieta y se tranquilizó al verme pues, según la televisión, los disturbios continuaban y era peor : la gente estaba saqueando por todas partes. No recuerdo en que momento la vecina vino gritando que estaban desvalijando el supermercado de los chinos...(Ese supermercado se encontraba a dos casas de las de mis padres y ahí se compraba todo el tiempo). La gente lo destrozó todo y me sorprendió ver al chino llorando mientras decía : « yo no entiendo, la gente que me saqueó compraba aquí todos los días, e incluso yo les he fiado. » Lo curioso fue que otro abasto, propiedad de un bodeguero amigo de los malandros de La Línea, no fue tocado. La gente decía que lo habían respetado porque Goyo era “venezolano”.

Después del saqueo del supermercado, vino el miedo, además no sabíamos donde estaban ni Javier ni mi papá. ¡Ninguno de los dos había regresado ! En seguida todo fue vertiginoso: alguien dijo que estaban asaltando la zona industrial de San Martín, la gran tienda de El Fortín ; mi mamá estaba sorprendida porque mi hermano Rafael se había ido con unos vecinos « para ver lo que pasaba » y regresó con ropa (pantalones, faldas, camisas). Él dijo que la gente entraba y agarraba lo que quería. Mi papá regresó y le ordenó que fuera a devolver todo eso porque era un robo. Rafael se asustó y salió corriendo, una falda se quedó. Inconscientemente la guardé, todavía la tengo, esa falda era la prueba de que todo lo que estaba pasando era real.

Todo el martes se escucharon rumores y vimos pasar camiones llenos de cajas que habían sido robados de la zona industrial...Las puertas de uno se abrieron y cajas llenas de galletas cayeron...Los saqueadores parecían hormigas cargando terrones de azúcar.

Por fin Javier regresó y volvimos al apartamento. Sentía la necesidad de alejarme de Artigas.

En algún momento escuchamos el anuncio de que se suspendían las garantías y había un toque de queda. Papá y mi tía decían que la situación tenía que ser muy grave para que el gobierno hiciera eso. Hablaban de la época de Pérez Jiménez... Para mí era extraño tener que regresar a la casa antes de las cinco. No se podía circular sin un permiso y desde el martes, durante más de una semana, por las noches se escuchaba un tiroteo. Alguien dijo que estaban matando gente...

Otro recuerdo son los camiones de la guardia con diferentes productos, mi mamá y Javier hacían la cola para comprar lo necesario. La guardia estaba revisando las casas para verificar si no había objetos o mercancía de los negocios que habían sido desvalijados en San Martín. Mamá estaba muy asustada porque en el segundo piso de la casa se encontraba un juego de recibo de mi hermana, la factura estaba en Piedra Azul, donde ella vivía con su esposo. Los guardias dijeron que estaba bien y se fueron.

A la fase del asombro, miedo, desconcierto siguió la de querer saber por qué todo esto había sucedido. Ahora pienso que fue en ese momento cuando se dieron los primeros signos de una sociedad que se polarizaba. Se escuchaban dos discursos diferentes : uno apuntaba al hecho de que la gente de los barrios eran unos muertos de hambre, ladrones y que se merecían ir todos presos porque no sólo habían saqueado los negocios de comida sino también los de electrodomésticos. Otros decían que en Venezuela había una gran desigualdad e injusticia en la repartición de la riqueza y que este estallido lo había puesto en evidencia.

En la UCAB se organizaron unas jornadas para entender el Cacacazo y decidí asistir. Los análisis y todo lo que se explicó me hicieron descubrir, a los 28 años, que en Vzla había dos países. ¡Darme cuenta fue brutal ! Todavía recuerdo un análisis que explicaba los detonantes del estallido : la boda de la niña Cisneros, la coronación de CAP, una publicidad de American Express... Las explicaciones eran tan evidentes que uno sentía vergüenza de haber estado ciego durante tanto tiempo.

Las garantías fueron restituidas y poco a poco todo volvió a la normalidad, se dieron cifras y se comenzó a hablar de otros temas. En noviembre se comentaba más la caída del Muro de Berlín que la situación del país. Ni remotamente nos imaginábamos lo que se viviría a partir de 1992. Ese año, el mismo día que mi hija cumplíría 5 años, se descubriría a un hombre, que dejaría una huella indeleble en la historia de Venezuela: Hugo Chávez, quien se iría fortaleciendo en la medida en que las dos Venezuela que habían coexistido durante años se volvieran dos bandos irreconciliables.

Y hoy, 27 años después, Venezuela vive un momento decisivo.

Ya no vivo en Caracas sino en Guéret.

Ahora estoy casada con Jean-Luc.

Eloísa ya tiene 29 años.

Sin embargo, todo lo que pasa allá, en mi país, donde nací, sigue interesando, importando, procupando...












mercredi 24 février 2016

La percepción del arte : Pintura figurativa y abstracta


Leonardo, La Gioconda, museo del Louvre, París

La contraposición entre pintura figurativa y abstracta tal vez nunca desaparecerá. Hay todo un abanico de opiniones al respecto:  la del que “acepta” las dos maneras de pintar, la del que sentencia al contemplar un cuadro abstracto que “eso no es arte, yo puedo dibujar el mismo garabato” o la del que afirma que un cuadro hiperrealista no es arte porque  “para eso tomo una fotografía”. 

Esto nos remite al debate de qué es “una obra de arte” y cuál es su finalidad. Si tanto la Gioconda como los murales  de la   East Side Gallery” lo son, es debido a que en algún momento se produjo un cambio. Hoy, curiosamente, el cuadro de Leonardo sigue siendo considerado como la quintaesencia de la pintura mientras que, en el siglo XVI, nadie hubiera osado decir que creaciones del Street art, como las pinturas realizadas en un trozo del muro de Berlín, eran arte.

East Side Gallery, Berlín

 Durante muchísimos años, mi visión del arte estuvo restringida. Exagerando, podría decir que “el arte” se detenía en las vanguardias de comienzos del siglo XX. Todo lo que venía después lo consideraba “cultura” pero no “arte”. Afortunadamente, las personas también evolucionan, de lo contrario que aburridas serían.

En 2010, se organizó una gran retrospectiva de Monet en el Grand Palais de París. No sólo fui a esa exposición sino que literalmente me “indigesté” de Monet pues también visité la Orangerie y el museo Marmottan. Y fue en ese momento que se produjo la experiencia que determinó todo un cambio en mi manera de percibir y concebir el arte. Admirar los lienzos que el artista  había pintado durante los 30 últimos años de su vida, conservados en Marmottan;  sentirme inmersa en el estanque de Giverny, extasiándome delante del ciclo de Nymphéas expuestas en la Orangerie, fue un verdadero terremoto artístico, conceptual y emocional. Digamos que la sensación vivida me permitió comprender que también se pueden expresar estados de ánimo complejos y sublimes utilizando sólo formas, colores, luces. Hasta ese instante, pensaba que sólo la figuración podía lograrlo.En 2012, el Centro Pompidou organizó una exposición sobre la obra de Gerhard Richter y ya no tuve ninguna duda de lo que la abstracción podía significar.
      Claude Monet, "Le pont japonais", museo Marmottan, París



                                                                        

No pretendo decir que una de las dos concepciones artٕísticas deba prevalecer sobre la otra, sino que al contemplar una obra no la “juzguemos” o “valoremos” tomando como referencia criterios que no son los adaptados. Sería algo así como pedirle a un canario que cantase como un ruiseñor. 


mardi 23 février 2016

La percepción del arte : Marcel DUCHAMP




En la nota “Pintura figurativa y abstracta” señalaba que en algún momento se produjo un cambio en la definición de lo que entendemos por “obra de arte”. Ciertamente el nombre de Marcel Duchamp está ligado al hecho de que hoy muchas personas se tiren de los cabellos delante de lo que ellas consideran “todo” excepto “arte”.

Este artista conocido por el gran público como un provocador ligado al Dadaísmo y que se atrevió a presentar un urinario diciendo que era una obra de arte, es considerado por ciertos críticos como el artista más importante del siglo XX, incluso por encima de Picasso. 

Una obra suya, “Desnudo bajando las escaleras” (1912) anticipa lo que será el itinerario del arte moderno. Esta obra de síntesis que muestra una figura femenina descompuesta en planos (cubismo) y representada en movimiento (futurismo) fue retirada de la Exposición del Salón de los Independientes de 1912, en París, y sin embargo, en 1913 se presenta en la “ Armory Show » una gran exposición internacional del arte moderno organizada en New York. Actualmente se conserva en el museo de arte de Filadelfia. Las peripecias de su desnudo permitirán que Duchamp formule la ley del “talionismo” o de la paradoja “rechazo/aceptación, presente en la historia del arte. Él irá más allá al reformular la significación de la obra de arte en función de esa ley. ¡El “ready-made” nace en este contexto!

Duchamp, el hombre más inteligente del siglo XX, según Breton, decide entonces que un objeto ordinario puede convertirse en obra de arte, basta con que el artista lo decida así. ¡Nada más sencillo! Agarro cualquier objeto y digo “Esto es arte”. Quizás hoy no nos sorprenda pero no olvidemos que todo esto se produjo en 1913, cuando la obra de arte todavía poseía un carácter sagrado y una intención estética; cuando el artista debía de poseer una técnica que le permitiera crear obras artísticas. 

Al presentar su “Rueda de bicicleta”, en 1913, y luego su “Portabotellas”, en 1914, Duchamp logra que una tradición de siglos, que otros ya habían agrietado, estalle en mil trozos. Es una verdadera revolución, más que el objeto en sí lo que ahora interesa es el acto de creación. No sólo eso, el artista mismo se sentirá Dios y en consecuencia capaz de crear con la “palabra y la intención”. Una nueva vía se abría para el arte moderno y con ella para la polémica en torno a lo que debería ser considerado o no como obra de arte...

Marcel Duchamp, "Desnudo bajando la escalera" 1912
http://imediaweb.blogspot.fr/2010/09/analyse-type-dune-oeuvre-dart.html 



Marcel Duchamp, "Rueda de bicicleta" 1913
http://www.panoramadelart.com/duchamp-roue-de-bicyclette
 http://www.philamuseum.org/collections/permanent/59928.html?mulR=1584653896|18

Marcel Duchamp, "Portabotellas", 1914
http://americancenterfrance.org/front/index.php?lvlid=113&mduuseid=MQ%3D%3D&dsgtypid=10&page=actu&actid=MTEyNQ%3D%3D
http://www.philamuseum.org/collections/permanent/92377.html?mulR=1546465760|21 

Marcel Duchamp, "Fuente", 1917
  https://fr.wikipedia.org/wiki/Fontaine_%28Duchamp%29
http://www.philamuseum.org/collections/permanent/92488.html?mulR=19918016|46