Leonardo, La Gioconda, museo del Louvre, París |
La contraposición entre pintura figurativa y abstracta tal vez nunca
desaparecerá. Hay todo un abanico de opiniones al respecto: la del que “acepta” las dos maneras de pintar,
la del que sentencia al contemplar un cuadro abstracto que “eso no es arte, yo puedo
dibujar el mismo garabato” o la del que afirma que un cuadro hiperrealista no
es arte porque “para eso tomo una
fotografía”.
Esto nos remite al debate de qué es “una obra de arte” y cuál es su
finalidad. Si tanto la Gioconda como los murales de la
“East Side Gallery” lo
son, es debido a que en algún momento se produjo un cambio. Hoy, curiosamente,
el cuadro de Leonardo sigue siendo considerado como la quintaesencia de la
pintura mientras que, en el siglo XVI, nadie hubiera osado decir que creaciones
del Street art, como las pinturas realizadas en un trozo del muro de
Berlín, eran arte.
East Side Gallery, Berlín |
Durante muchísimos años, mi visión del arte estuvo restringida. Exagerando,
podría decir que “el arte” se detenía en las vanguardias de comienzos del siglo
XX. Todo lo que venía después lo consideraba “cultura” pero no “arte”.
Afortunadamente, las personas también evolucionan, de lo contrario que
aburridas serían.
En 2010, se organizó una gran retrospectiva de Monet en el Grand Palais de
París. No sólo fui a esa exposición sino que literalmente me “indigesté” de
Monet pues también visité la Orangerie y el museo Marmottan. Y fue en ese
momento que se produjo la experiencia que determinó todo un cambio en mi manera
de percibir y concebir el arte. Admirar los lienzos que el artista había pintado durante los 30 últimos años de
su vida, conservados en Marmottan; sentirme
inmersa en el estanque de Giverny, extasiándome delante del ciclo de Nymphéas expuestas
en la Orangerie, fue un verdadero terremoto artístico, conceptual y emocional. Digamos
que la sensación vivida me permitió comprender que también se pueden expresar
estados de ánimo complejos y sublimes utilizando sólo formas, colores, luces.
Hasta ese instante, pensaba que sólo la figuración podía lograrlo.En 2012, el
Centro Pompidou organizó una exposición sobre la obra de Gerhard Richter y ya
no tuve ninguna duda de lo que la abstracción podía significar.
Claude Monet, "Le pont japonais", museo Marmottan, París
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No pretendo decir que una de las dos concepciones artٕísticas deba
prevalecer sobre la otra, sino que al contemplar una obra no la “juzguemos” o
“valoremos” tomando como referencia criterios que no son los adaptados. Sería
algo así como pedirle a un canario que cantase como un ruiseñor.
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